Narra la
historia de un
joven llamado Pedro
que intenta complacer
el gusto caprichoso
de su amada
Maria, él cual consta
de poseer la
ajorca de la
virgen del sagrario,
la santa patrona
de Toledo. El joven
muchacho roba la
ajorca y al
momento de poseerla
sufre una alucinación llena de
Santo y monjas
que lo vuelven
loco.
El
cuento tiene un gran
manejo de las
descripciones, crea
escenarios propicios a
las situaciones que
se presentaran y
manipula muy bien
el sentimiento del
lector a partir
de estos. Un
cuento por excelencia
romántico, que
asombra, misterioso que
muestra los sin
ninguna duda los
valores estéticos del
siglo XIX
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