El mundo se acaba
hoy
La
tranquilidad azotaba el mundo, todo transcurría normal. Guerras en el oriente,
hambruna, enfermedades inventadas para experimentar con “humanos inferiores”,
presidentes idiotas gobernando. En fin , nada fuera de lo normal.
De
pronto por la calles bulliciosas de una ciudad sin esperanza el señor A
platicaba con la señora F. Comentaban sobre esos talk shows, agridulces que
hacen babear a la gente como si un zombie sorbiera su cerebro.
El
señor A exponía a la señora F el programa de ayer el cual planteaba la triste
historia de un punk
derrotado por el solvente de una lata amarilla, de esas que
vende el señor de la tlapalería.
“Quiero
ser anarco podrido, y mi mamá no me deja” era el nombre de dicho conflicto en
el programa de ayer.
Se
identificó tanto con el programa que investigó en el canal el nombre del chico
en le programa de tv. Pero no sólo se obsesionó con él. Buscó su domicilio, su
familia, su escuela, sus amigos y no lo espiaba todas las tardes al salir de la
universidad.
Cierto
día le habló, con el pretexto de haberlo visto en la tv, y comenzó a ser su
amigo, sin embargo mientras pasaba el tiempo se dio cuenta que ser su amigo no
le bastaba. Lo que él quería es ser anarco podrido igual que él. Igual que el
¡No! Quería ser él. Así que un día lo citó en su casa y le puso cloroformo en
la boca para desmayarlo. ¡Preparó todo! En su tina colocó hielos para poner su
cuerpo y le inyectó un sedante para que no se moviera. Tenía que adoptar su
identidad a toda costa, quitarle las huellas dactilares y copiar todos sus
movimientos. Apoderarse de su identidad era lo único que importaba.
El
animal del espacio se apoderó de cuerpo sin vida, nadie sabía lo que sucedería
después de enterrado, el ente surgió de entre los muertos, saliendo primero uno
de los tentáculos, ya que era su forma de respirar.
La
criatura volvió a sumergirse y con ella todo los seres que la habían atacado.
Debajo del agua lo que parecía ser el último suspiro, decidieron mirar sus
ojos, aquellos perturbantes ojos que demandaban cada gota de sangre de sus
víctimas.
Los
ojos eran rojo unos ojos casi humanos, penetrantes, llenos de odio y venganza,
comenzó a azotarlos y lentamente uno a uno caían los cuerpos destazados,
dejaban un rastro rojo a su paso, un momento de silencio llegó, el agua
permaneció tranquila y de repente…
FINAL
1
Todos
comenzaron a gritar, esperando el momento de su llegada… él llegó tan serio,
con un aspecto cansado, lleno de ramas y lodo. Todos se quedaron impactados y
hasta el agua comenzó a moverse, era la más sincera representación de respeto
que la naturaleza podría hacer.
FINAL
2
Salió
una mano del agua, todos los animales se quedaron petrificados hasta que uno de
ellos comenzó a hacer ruidos extraños, queriendo huir pero su cuerpo aún no
reaccionaba. Los demás solo observaban e intentaban moverse, pero era inútil.
El humano ni se esforzó, solo los tomó y se los comió.
FINAL
3
Todos
se murieron de hambre y por eso Mariana cantaba canciones peruanas de los
conejitos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario